De emprendedor a empresario: ¿Por qué en Chile persiste el temor al cambio?

¿Por qué muchos emprendedores en Chile temen autodefinirse como empresarios?

En Chile, el ecosistema emprendedor está en auge. Cada vez son más las personas que se lanzan al desafío de crear su propio negocio, innovar y generar empleo. Sin embargo, hay algo curioso que he observado en muchos de estos “emprendedores” chilenos: el miedo a dar el siguiente paso y autodefinirse como empresarios. A pesar de que cuentan con una idea de negocio sólida, han tomado riesgos y tienen un proyecto en marcha, prefieren seguir llamándose “emprendedores” en lugar de “empresarios”. ¿Por qué?

1. Miedo al fracaso

Uno de los miedos más comunes que enfrentan los emprendedores es la posibilidad de fracasar. En una sociedad que aún valora en gran medida el éxito visible y tangible, existe una presión por cumplir con expectativas muy altas. Al seguir siendo “emprendedores” en lugar de “empresarios,” muchos sienten que tienen una especie de salvavidas emocional, pues aún no se han comprometido completamente a ser responsables de un negocio de mayor envergadura.

El miedo al fracaso está relacionado con la inseguridad y la percepción de que el fracaso en el ámbito empresarial puede ser irreversible. Esta mentalidad de “emprendedor” a menudo permite tener una visión más flexible y menos rigurosa, lo que reduce la presión de cumplir con estándares de éxito empresarial. Por otro lado, ser empresario implica una carga de responsabilidad mayor y una exigencia de resultados, lo cual puede intimidar.

2. La identidad y la autodefinición

Ser “emprendedor” es una etiqueta con un significado culturalmente positivo y muchas veces romantizado. En Chile, ser emprendedor se asocia con la valentía, la innovación y la búsqueda de soluciones a los problemas del entorno. Los emprendedores son vistos como personas arriesgadas, pero con una gran energía para transformar el mercado.

Por otro lado, la figura del empresario está relacionada con un nivel de formalización y profesionalismo más alto. Ser empresario no solo es tener una idea de negocio y un plan, sino también ser dueño de un sistema sólido que genera crecimiento, empleos y está sujeto a reglas de gestión estrictas. Este salto, de ser un “emprendedor” a un “empresario”, implica una transformación profunda, tanto a nivel personal como organizacional, y a veces, la persona aún no se siente preparada para dar ese paso.

3. Miedo a perder la flexibilidad

Los emprendedores suelen disfrutar de una gran flexibilidad, especialmente en las primeras etapas de su negocio. La posibilidad de tomar decisiones rápidas, adaptarse a nuevas circunstancias y hasta modificar la visión de negocio es algo que está dentro de las ventajas de ser emprendedor. Sin embargo, al convertirse en empresario, esa flexibilidad puede verse limitada debido a la necesidad de establecer estructuras más formales y procesos más rigurosos.

Este cambio puede generar una sensación de pérdida de control, lo que a muchos les resulta incómodo. El empresario tiene que lidiar con más regulaciones, responsabilidades fiscales, contratos laborales, entre otros aspectos, que limitan la agilidad con la que el emprendedor inicialmente ha trabajado.

4. La carga administrativa y fiscal

Otro temor común entre los emprendedores que no quieren definirse como empresarios tiene que ver con la carga administrativa y fiscal que supone tener un negocio consolidado. Mientras que muchos emprendedores comienzan de manera informal o con un régimen simplificado, llegar al estatus de empresario implica asumir mayores obligaciones tributarias, contar con un equipo contable y tener que lidiar con normativas que, a veces, pueden resultar complejas y hasta desmotivadoras.

Este salto a la formalización puede generar incomodidad y estrés, especialmente cuando se carece de experiencia en estas áreas.

5. El miedo a la visión a largo plazo

Los emprendedores a menudo tienen una visión a corto o mediano plazo: generar ventas, hacer crecer un pequeño equipo y ofrecer un producto o servicio de calidad. Sin embargo, cuando nos hablamos de empresarios, la conversación se traslada a una visión a largo plazo. Los empresarios tienen la obligación de crear empresas sostenibles, escalar el negocio, crear marcas fuertes y gestionar relaciones complejas con accionistas, socios y clientes.

Este compromiso a largo plazo puede ser abrumador, especialmente cuando el emprendedor siente que aún no está listo para tomar las decisiones estratégicas que definirán su negocio a futuro.

¿Cómo superar estos miedos?

  1. Educación y mentoría: Buscar programas de formación y asesoramiento de empresarios experimentados es fundamental para tomar el control y afrontar los desafíos de la gestión empresarial. Aprender sobre estrategias de negocio, manejo de equipos y finanzas puede proporcionar la confianza necesaria para dar el salto.
  2. Estructuración gradual: Es importante entender que no se necesita transformarse en un gigante empresarial de un día para otro. Los emprendedores pueden estructurar su negocio de forma progresiva, asegurando que se cumplen los requisitos legales y fiscales sin sacrificar la flexibilidad en el camino.
  3. Aceptar los errores como parte del proceso: El fracaso es parte del proceso de crecimiento, y no debe considerarse como el fin, sino como una oportunidad de aprender y mejorar. Los empresarios exitosos no son aquellos que nunca fallan, sino los que saben cómo adaptarse y aprender de sus errores.
  4. Enfoque en la visión a largo plazo: Es fundamental tener una visión clara del futuro del negocio. Pensar en el crecimiento y la sostenibilidad de la empresa a largo plazo puede ayudar a superar el miedo a perder la flexibilidad y centrarse en la creación de un impacto duradero.

Conclusión:

El camino de emprendedor a empresario en Chile no es sencillo, y los miedos son completamente normales. Eso lo sabemos muy bien en Directorio de Negocio Comunal Una Gran Avenida.

Sin embargo, es fundamental que los emprendedores comprendan que el hecho de autodefinirse como empresarios no significa perder la esencia de la innovación y el riesgo. Al contrario, ser empresario les permitirá estructurar mejor sus proyectos, crecer de forma más sólida y generar un impacto más duradero en la economía local.

La transición puede ser difícil, pero al dar ese paso, estarán más preparados para enfrentar los desafíos y aprovechar las oportunidades que se presenten en el camino. La clave está en dejar de lado el miedo y abrazar la oportunidad de crecer y construir algo verdaderamente grande.

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